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sábado, 24 de abril de 2010

Orgullo de tenerla pequeña



Yo, de niño, pensaba que la tenía pequeña. La colita. La chufa. La tita, que decimos en Cataluña (como la baronesa Thyssen, pero en minúscula). Tampoco era de los que montaban un número en el vestuario del colegio para evitar el escarnio colectivo, porque, afortunadamente, había casos peores que el mío, pero yo me sentía pequeño. Yo era un niño gordo, de esos que no podían trepar por la cuerda infernal que colgaba del techo del gimnasio, por poner un ejemplo gráfico. Me quedaba ahí, dando vueltas como una piñata, pataleando al aire y aguantando los berridos del neonazi del profe (cuya enorme barriga le habría imposibilitado también semejante ejercicio, por cierto). Pero basta de dramas, que me pongo en plan Dickens y no ha lugar. En cualquier caso, cuando di el estirón, que en mi caso es simplemente un eufemismo y una manera piadosa de decir que entré en la adolescencia, las cosas se pusieron en su sitio. Y ya.

Yo, de niño, pensaba que la tenía pequeña. La colita. La chufa. La tita, que decimos en Cataluña (como la baronesa Thyssen, pero en minúscula). Tampoco era de los que montaban un número en el vestuario del colegio para evitar el escarnio colectivo, porque, afortunadamente, había casos peores que el mío, pero yo me sentía pequeño. Yo era un niño gordo, de esos que no podían trepar por la cuerda infernal que colgaba del techo del gimnasio, por poner un ejemplo gráfico. Me quedaba ahí, dando vueltas como una piñata, pataleando al aire y aguantando los berridos del neonazi del profe (cuya enorme barriga le habría imposibilitado también semejante ejercicio, por cierto). Pero basta de dramas, que me pongo en plan Dickens y no ha lugar. En cualquier caso, cuando di el estirón, que en mi caso es simplemente un eufemismo y una manera piadosa de decir que entré en la adolescencia, las cosas se pusieron en su sitio. Y ya.

Lo cierto es que la mayoría de hombres, a pesar de tener un pene de tamaño estándar, consideran que no dan la talla. A la vista está el auge en las ventas de todo tipo de artilugios y ungüentos destinados a aumentar la longitud y el grosor del pene, así como las consultas a urólogos, cirujanos plásticos, acupuntores y todo tipo de chamanes, con el mismo fin. Parece ser un rasgo eminentemente masculino: siempre queremos más. Sin embargo, resulta reconfortante encontrarse con personas que han decidido hacer gala de una carencia tan personal y lucir con orgullo sus centímetros de menos. Incluso para presentarse a un concurso en televisión. Se trata de un certamen anual de micropenes que se celebra en el programa de Howard Stern, en Estados Unidos. Para los que no le conozcáis, os diré que este señor es una verdadera institución en su país y su programa de radio televisado cuenta con infinidad de seguidores gracias a su forma directa, desprejuiciada y humorística de tratar el tema del sexo. Además, me recuerda al cantante de los Ramones, con lo cual me cae mejor. Los que estéis acomplejados sin excesivo fundamento por el tamaño de vuestro pene os recomiendo que le echéis un vistazo al vídeo. A eso le llamo yo vivir con deportividad y hacer frente a las adversidades con una sonrisa. Seguro que si alguien organizara semejante concurso aquí, no iba nadie. Menudos somos.

A este certamen, una auténtica exaltación de ‘lo pequeñito’, como la canción de Eurovisión de este año, hay que añadir la proliferación en internet de clubes de hombres con un pene tipo champiñón. Sí, a los americanos les encanta montar clubes y asociaciones de todo. Ojo, no estamos hablando de micropenes severos, de esos que requieren tratamientos quirúrgicos si el afectado desea llevar una vida sexual normal, sino de miembros viriles cuyo glande es bastante más grande que su tronco, otorgándole al conjunto una apariencia similar a la del simpático hongo. Sí, a mí me parece que los champiñones tienen una imagen muy simpática, qué le vamos a hacer. Cómo será la cosa que incluso hay páginas pornográficas con galerías de fotos de penes de tales características… Una vez más, queda demostrado que sexualmente todos tenemos nuestro público.

En todo caso, conviene recordar, con orgullo o sin él, que cuando solemos hablar del pene, la cuestión del tamaño suele centrar gran parte de los comentarios, especialmente por lo que respecta a la longitud. El grosor, que juega un papel más importante en las relaciones sexuales (especialmente en el coito vaginal), queda relegado a un segundo plano. En la anatomía femenina encontramos un dato que viene a corroborar esta cuestión. La zona más sensible de la vagina se encuentra en los dos primeros centímetros de la misma. Teniendo en cuenta que los labios de la vulva miden unos tres centímetros, el resultado es que un pene de seis centímetros puede desempeñar a las mil maravillas su función estimulante. Su propietario no podrá dedicarse al porno, pero podrá llevar una vida sexual absolutamente feliz y completa con su pareja. Además, la vagina es sólo una cavidad virtual, o sea, que se adapta a cualquier medida del pene. Eso sí, una cosa os digo: si repetís este último párrafo delante de mucha gente, todo el mundo sospechará que la tenéis pequeña. A mí me ha pasado.

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viernes, 23 de abril de 2010

Profesor de tenis mostraba sus genitales a las Jovencitas



\"El Colo\", un profesor de tenis de Adrogué fue detenido como sospechoso de haber abusado sexualmente de al menos diez adolescentes desde octubre del año pasado.

Las características del abusador eran comunes en varios casos aislados: Tez blanca, pelirrojo, con barba también rojiza. Pero lo que acercó a los investigadores al profesor fue el relato de la última víctima, \"tenía pantalón corto como de tenis\".

\"El Colo\", un profesor del Adrogué Tennis Club, fue apresado en plena clase acusado de \"abuso sexual simple y privación ilegítima de la libertad\" según informó el titular de la Jefatura Departamental de Lanús, comisario mayor Guillermo Britos y deberá pasar la rueda de reconocimiento para probar su inocencia.


La detención se concretó tras una nueva denuncia de una adolescente de 14 años y que el hombre quedó acusado del delito de \"abuso sexual simple y privación ilegítima de la libertad\".

Según el jefe policial, todo se desencadenó ayer por la tarde cuando cuatro amigas de entre 13 y 16 años salieron del colegio, en Fonrouge y Campos, para dirigirse hacia sus casas, ubicada a pocas cuadras de allí. Pero a 100 metros, fue sorprendida por un hombre que descendió de un automóvil Volkswagen Gol, color violeta, que pretendió obligarla a subir al auto. La chica contó luego que en cierto momento logró escapar, pero el agresor se bajó por completo los pantalones y le mostró su pene y sus testículos.

\"La maniobra fue observada por un tío de la menor de edad que corrió al abusador y lo vio cuando se subió nuevamente al auto y escapó. Por suerte, el hombre recordó el número de la patente y lo aportó a la policía\", dijo el comisario Britos.

Luego, la chica también aportó los rasgos fisonómicos y dijo que era un hombre de 1,70 metros, tez blanca, pelirrojo, barba pelirroja, pecas, contextura media, quien vestía de short corto \"como de tenis\", zapatillas blancas y remera de color clara.

Los investigadores determinaron que la denuncia coincidía con otras de similares características en las cuales estaba involucrado un hombre de la misma descripción. \"Ya se venía investigando a un abusador que actuaba con la misma modalidad y que era pelirrojo. Todo coincidía\", explicó el jefe policial.

El primer caso que se le imputa al abusador ocurrió el 13 de octubre de 2009, pero en aquella oportunidad se consumó un abuso sexual y el autor actuó con un arma de fuego. \"El abusador obligó a la chica a masturbarlo y se fugó, pero la joven guardó el buzo con el semen y lo aportó a los investigadores\", explicó Britos.


Sin embargo el dato clave fue la patente del vehículo que permitió encontrar el domicilio del presunto abusador. Los investigadores fueron a buscar al \"Colo\" a su casa, pero no lo hallaron, aunque desde allí con el aporte de otros testigos, determinaron que el hombre se hallaba dando clases de tenis en el Adrogué Tennis Club, ubicado en Macías y Sánchez, de esa localidad del sur del conurbano. El sospechoso fue detenido mientras daba clases y se secuestró el auto Volskwagen Gol violeta, el cual estaba estacionado frente al club de tenis.

Fuentes policiales aseguraron que ahora se investiga si el hombre apresado tiene algún tipo de relación con dos denuncias de violación ocurridas en los últimos meses en la zona. Además, dijeron que el detenido será sometido en los próximos días a ruedas de reconocimiento de la que participarán las víctimas.

FUENTE