Los argentinos, en su mayoría, se sienten parte de este segmento. Incluso sin conocer a ciencia cierta la pirámide de ingresos que marca su inclusión. ¿Cuál es el nivel de gastos de una familia tipo? En esta nota la respuesta, el ranking de preocupaciones y el producto más recortado del presupuesto.
La Argentina es un país eminentemente clase media. Gran parte de su identidad tiene que ver con este sector de la sociedad.
Hasta resulta llamativo que una gran mayoría de los argentinos se identifiquen como parte de este grupo, aunque no sepan –a ciencia cierta– qué parámetros identifican a este segmento.
Para muchos, funciona como un aspiracional, tanto para quienes vienen escalando en la pirámide como para aquellos que sienten que van cayendo y no quieren perder esa sensación de inclusión.
Ahora bien, ¿qué es ser clase media hoy en la Argentina? ¿Cuánto se debe ganar para pertenecer? ¿Qué nivel de gastos conforman los de una familia típica?
Daniel Vardé, socio de la consultora Deloitte, explicó que este estrato de la sociedad está conformado -en un primer escalón- por “aquellos que han superado la barrera de la pobreza, aspiran a poseer una casa propia, un automóvil y se preocupan por alcanzar determinadas cuestiones de confort”.
Sin embargo, al ser el segmento más abarcativo de la población, dentro de este grupo hay -a su vez- varias subcategorías que están delimitadas por el nivel de ingresos.
En primera instancia, Vardé señala que a partir de un ingreso promedio de $3.000, ya se es parte de este sector, aunque en su nivel inferior.
Al respecto, y según la última pirámide socioeconómica elaborada por la consultora especializada CCR Group (ajustada al tercer trimestre de 2009) este nivel socioeconómico se subdivide, a su vez, en “clase media típica”, “media baja” y “media recuperada”, en orden descendente.
Para pertenecer a la clasificada como “típica” debe percibirse entre $6.600 y 15.400 pesos.
Un escalón más abajo se encuentra la media baja (entre $4.300 y $6.600) y finalmente la recuperada (entre $1.750 y 4.350 pesos).
Más allá de los ajustes que la inflación obliga a realizar sobre dichos parámetros en forma permanente, lo cierto es que la clase media engloba a 7 de cada 10 argentinos.
Canasta clase media
El poder determinar cuál es el nivel de gastos de la clase media resulta una cuestión clave.
Sucede que sus parámetros de consumo, tanto de bienes como de servicios, tienen aspectos muy particulares que se alejan considerablemente de ambas puntas de la pirámide socieconómica.
La consultora Ecolatina, en exclusiva para iProfesional.com, relevó el gasto mensual de una familia y determinó que un matrimonio con dos hijos en edad escolar debe disponer de ingresos cercanos a los $10.000 para hacer frente a sus erogaciones.
De ese total,
* Un 30% ($3.058) debe destinarlo a la compra de alimentos y bebidas.
* La educación (colegio privado subvencionado) representa un 10% del presupuesto mensual.
* Un porcentaje similar debe considerar para la cobertura de salud, como así también para indumentaria.
Otro dato importante a destacar es que, en apenas 5 meses, su gasto mensual se incrementó un 10%, habida cuenta que en noviembre el mismo ascendía a los 9.300 pesos.
Bastante más arriba se ubican aquellos que pueden costear la llamada “canasta ejecutiva” que elabora mensualmente la Universidad del UCEMA y que, al cierre del último mes, trepó a los 17.000 pesos.
La necesidad de pertenecer
Según Guillermo D´Andrea, profesor especializado en consumo del IAE, a través de las investigaciones que realiza el instituto ha quedado en claro que los argentinos tienden a considerarse clase media, aún sin saber bien cómo están compuestos los distintos niveles socioeconómicos.
“La identidad como país tiene que ver en gran parte con los usos y costumbres de este segmento, y esto tiene algunas implicancias”, explicó.
Por ejemplo, el sentimiento de pertenencia determina que se ponga especial énfasis en la educación para los chicos.
Allan Poe Castelnuevo, profesor de la Universidad de Palermo, explicó que al ser una clase “por adscripción” (uno se siente clase media o no, más allá de indicadores económicos que lo ratifiquen) mucha gente se siente identificada, se mueve con valores y patrones culturales típicos de este segmento, necesitan sentir esa necesidad de pertenencia, aunque ya no lo sean por haber sufrido una fuerte erosión en su capacidad de compra.
“Es decir, la inflación puede impactar en sus patrones de consumo. Pero no necesariamente en sus estructuras de normas y valores simbólicas, gestadas dentro de un patrón del tipo clase media”, comentó.
Ranking de preocupaciones
Sus principales preocupaciones quedan plasmadas en la última encuesta realizada por la consultora de opinión pública Isonomía, a la que accedió iProfesional.com.
De acuerdo a los resultados, cuando se le pregunta por aquellas cuestiones que más los desvelan, los problemas económicos (24%) y la Inflación (14%) se alzan entre los más destacados.
En cuanto a la suba general de precios general a la que deberán hacer frente, un 55% cree que en los próximos doce meses será superior al 15% y 25% ya anticipa que estará por encima del 20 por ciento.
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Bienes más deseados
La compra de bienes durables y semidurables, como autos y electrodomésticos, se inscribe con mucha fuerza en este segmento.
Los datos del mercado en los últimos meses dan cuenta de cómo, apenas despejada la incertidumbre que generó la crisis internacional -y viendo que los pesos alcanzan cada vez menos- la clase media renovó su entusiasmo por consumir.
Además de protegerse de la inflación, otro motivo que los induce a incrementar sus compras es la necesidad de pertenencia.
Accediendo a determinado tipo de vehículos, artículos tecnológicos o electrodomésticos, sienten que no la han perdido y, eventualmente, pueden mostrar que todavía se “puede”, o se “está”.
En lo que se refiere a la compra de alimentos, y según una encuesta realizada por Neder -consultora especializada en consumo- un 87% dice comprar lo mismo o más que en junio de 2009, a pesar de la caída en el poder adquisitivo. Algo similar (76%) ocurre en la adquisición de artículos de higiene personal.
¿Qué productos han recortado de su canasta? La carne figura al tope del ranking:
¿Ahorrar o gastar?
Otra cuestión que entra en juego, es la importancia que la clase media le da al ahorro y qué diferencia al consumo actual respecto al de años anteriores.
Según diferentes investigaciones realizadas por la consultora CERX, en el período 2006/2007, años que fueron conocidos como los del “boom consumista”, el argentino medio compraba porque tenía el efecto ilusorio de que era más rico, producto de los incrementos salariales recibidos. En cambio, ahora lo hace en gran medida como mecanismo defensivo para no perder ante la inflación.
Al respecto, el sondeo realizado por la Universidad di Tella, dado a conocer ayer, dio cuenta de que los argentinos esperan un índice inflacionario del 30% para 2010. Es decir, aún mayor del que incluso hacen referencia las consultoras privadas más pesimistas.
“El problema es que no hay alternativas de ahorro. Entonces ante los rendimientos inferiores al esperado, por la suba de precios, la gente prefiere gastar el dinero que tiene”, explicó Gonzalo Vernat, especialista en consumo de Finsoport.
Al mismo tiempo, aparecieron otros factores que potenciaron este accionar, como los megadescuentos o la financiación en 50 cuotas sin interés.
El economista Juan José Llach acuñó el término “fuga al consumo” para describir la situación que se está viendo en estos días. El argumento es que, con la posibilidad de comprar bienes en cuotas fijas, cierto segmento del público se vuelca a adquirirlos, con la esperanza de que los pagos se irán achicando, en términos reales, como consecuencia de la inflación (Ver nota: Crece la deuda de las familias por la “ganancia” que da la cuota fija ante la inflación).
Segmentación para las marcas
Aunque los diferentes estratos sociales suelen enfrentarse y dirimirse en la sociedad, las empresas realizan otra evaluación de los consumidores.
Gabriela Scalise, directora de Nuevos Negocios de Interbrand Argentina, explicó que hoy casi no se segmenta tanto por edad ni por nivel socio económico, sino por comportamientos.
“Nos acercamos a las comunidades que son las que reúnen a las personas por sus afinidades, sus gustos, usos y costumbres para que las marcas se comuniquen con ellas”, explicó.
Algo fundamental puede ser el momento de la vida por el que las personas estén pasando. “Hoy las edades se aplanaron pero las etapas de evolución y maduración siguen sucediendo. Así, un chico de 24 que estudia y se va a vivir solo puede estar compartiendo intereses de consumo muy similares a los de un señor de 45 que se divorcia y también se va a vivir solo”, agregó Scalise.
En cuanto a lo económico sucede algo similar: en los tiempos que corren hay mucho desfasaje entre lo social y lo cultural. A igual nivel de ingresos se encuentran niveles culturales muy diversos y por tanto intereses, usos y costumbres muy diferentes. Entonces para las marcas es mucho más rentable segmentar por gustos y afinidades.
El futuro
Más allá del mapa que ofrece la argentina hoy, los expertos coinciden en que la inflación dejará consecuencias en la pirámide socioeconómica, haciendo que algunos integrantes pierdan su posición.
También advierten sobre el golpe que sufrirá la clase media, donde muchos pertenecientes corren el riesgo de bajar un escalón.
“La inflación genera que la franja de la clase media se achique y hace que la barrera de los $3.000 se agrande significativamente. De esto hay mucha experiencia en la Argentina de los ‘70 y ‘80. Y ahora puede marcar peligrosamente el inicio de una espiral inflacionaria que ya sabemos lo perjudicial que fue en otros tiempos”, comentó Vardé.
La clase media está en alerta. Muchos integrantes sienten que alguien tiene fuerza para empujarlos hacia abajo en la pirámide social. Y ese alguien se llama inflación.
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